domingo, 4 de mayo de 2008

UNIVERSIDAD DEL VALLE DE MÉXICO-CAMPUS TEXCOCO

EL MAESTRO: SUS VALORES EN EL AÚLA Y EN SU VIDA COTIDIANA


Alberto Enrique Gómez Izquierdo
19 de abril de 2008

“Uno de los discípulos de Hakuin estaba preocupado por su padre, anciano y avaro, cuya mente se inclinaba tanto a amasar fortuna que no sentía disposición hacia el budismo. Por ello quiso que el maestro sugiriese algún método que apartase la mente de su padre de la avaricia. Hakuin propuso lo siguiente: que el viejo recite el nombre de Buda, y que se le pague un centavo por cada vez que lo pronuncie. El avaro pensó que ése era el modo más fácil del mundo para ganar dinero, y diariamente acudió a Hakuin para que le pagase por su recitado, pues llevaba la cuenta con regularidad. Estaba encantado con las ganancias. Pero después de un tiempo cesó de acudir para reclamar el pago. Hakuin mandó a buscar al hijo para averiguar, y se enteró que el padre estaba tan enfrascado en recitar el nombre de buda que olvidó hacer el recuento. Una semana más tarde Hakuin vio venir al anciano y por la mirada radiante que traía, el maestro vislumbro la bienaventurada experiencia por la que estaba atravesando” -Texto budista, Anónimo-


INTRODUCCIÓN
La formación de valores y el desarrollo moral se adquieren primeramente en la familia (en casa), y posteriormente en el ambiente social y cultural en el que cada persona se desenvuelve. Sin embargo no todos los padres de familia, ni líderes laborales, ni (penosamente) docentes al frente de un grupo, reconocen la importancia ni están formados en valores (ni en la moral); situación que tendrá que ver con la toma de decisiones. Los educadores de cualquier área, al confrontar sus valores con otros, frecuentemente entran en conflictos y se plantean preguntas tales como:
¿Sirven de algo los valores?
¿Quién respeta los valores?
¿Cómo crear comportamientos oportunos y justos que permitan tomar las mejores decisiones?
¿Qué hacer para que las decisiones beneficien a todos y no afecten a nadie?
Estas circunstancias hacen necesario que los educadores tengan y realicen un proyecto de vida y profesional basado en valores humanos; con el fin de crear un ambiente sano y propicio para el desarrollo personal, familiar y social. Por todo lo anterior nació el interés en la realización de esta investigación acerca de los valores humanos; dicho trabajo se realizará para conocer la influencia que existe de la conducta en el desarrollo de la moral en niños del 5° año de primaria de la escuela Miguel Hidalgo del turno matutino del ciclo 2008-2009 en una zona marginal de Toluca en el Estado de México. Con este trabajo se tratará de informar y a su vez de fomentar condiciones para que los padres y maestros apliquen mejores herramientas asertivas en el manejo de los valores, partiendo de los que ya tenían.
The formation of values and the moral development are acquired firstly in the family (in house), and later in the social and cultural atmosphere in which each person develops. Nevertheless not all the parents of family, neither leaders labor, nor (laboriously) educational the front of a group, recognize the importance nor are formed in values (nor in the moral); situation that it will have to do with the decision making. The educators of any area, when confronting their values with others, frequently enter conflicts and questions consider such as: Sirven as something the values? Who respects the values? How to create opportune and right behaviors that allow to make the best decisions? What to do so that the decisions benefit to all and do not affect to nobody? These circumstances make necessary that the educators have and make a project of life and professional based on human values; with the purpose of creating a healthy and propitious atmosphere for the personal, familiar and social development. By all the previous one the interest was born in the accomplishment of this investigation about the human values; this work will be made to know the influence that exists of the conduct in the development of the moral in children of 5° primary year of of the school Miguel Hidalgo of the matutinal turn of cycle 2008-2009 in a marginal zone of Toluca in the State of Mexico. With this work one will be to inform and to as well foment conditions so that the parents and teachers apply better assertive tools in the handling of the values, starting off of which already they had.


En gran parte del planeta la figura del docente es esa figura digna, es esa figura notable, respetable y sobretodo valorada. Este personaje en el devenir histórico de la civilización “humana” a representado un lugar primordial en diversas culturas, ha sido ese ser privilegiado no por otra cosa que por su conocimiento y la forma en que lo trasmite, este personaje no ha pagado de otra forma que con el compromiso a su sociedad, pero sobretodo a sí mismo; su principal pago ha sido el de fomentar y cultivar generaciones valiosas, y a la vez el gusto por sí mismo de brindar el saber… vocación altamente reconocida.

Sin embargo en estos tiempos tan “civilizados”, industrializados y tecnocientíficos, no es para nadie un secreto que en esta nuestra sociedad dedicarse a la docencia es para muchos el último recurso para poder laborar lícitamente en su área de interés y de estudio universitario; muchos no tienen esa vocación natural para desempeñar tan ardua labor; en el mejor de los casos descubren la magia de tan responsable papel que incluso se convierten en verdaderos Maestros; a diferencia de aquellos que se les ha otorgado el rol de profesor. No todo el docente tiene vocación por su profesión, muchos no han tenido otra alternativa que dedicarse al ámbito académico sin la menor idea de lo que estarán por hacer.

Afirma Berreta[1] (y otros, 2008), que en un mundo donde la globalización cobra cada vez mayor fuerza, se hace necesario la preparación de un individuo que pueda recibir cualquier información y procesarla de manera consciente sin que esto afecte en nada a su desarrollo. Por eso es vital la formación de un hombre con cualidades positivas en su personalidad para enfrentar todos los fenómenos que suceden a su alrededor

Son tiempos sumamente difíciles y complicados, los empleos son escasos, sobre todo para aquel profesionista recién egresado nulo de experiencia y con pretensiones altamente altas; al entorno apremiante que viven, les resulta fácil no negarse a la opción (por lo general última opción) de ser docentes.

Se involucran fácilmente en el entorno de la enseñanza-aprendizaje, sin vocación, sin conocimientos pedagógicos ni psicológicos, ni con la conciencia del papel ético y moral que tiene y debe tener cualquier personaje frente a un grupo en formación.
Estos profesionistas-docentes, empiezan siendo seres improvisados; algunos con el paso del tiempo descubren su verdadera vocación: el ser Maestro. Sin embargo, encontramos un nutrido grupo que al no encontrar el placer y el valor vocacional de esta profesión, terminan prestando su nombre y su firma para el llenado de documentos, para cumplir con los requerimientos sistemáticos de la institución en la que trabaja, que a su vez cubre el requisito que el sistema les pide.

De acuerdo con Berreta[2], la docencia va más allá de la simple transmisión de conocimientos. Es una actividad compleja que requiere para su ejercicio, de la comprensión del fenómeno educativo. El sólo dominio de una disciplina, no aporta los elementos para el desempeño de la docencia en forma profesional, es necesario hacer énfasis en los aspectos metodológicos y prácticos de su enseñanza, así como en los sociales y psicológicos que van a determinar las características de los grupos en los cuales se va a ejercer su profesión. La docencia como profesión se ubica en un contexto social, institucional, grupal e individual, de ahí que un docente no puede desconocer las relaciones y determinaciones en ninguno de estos niveles, pues no todos los obstáculos a los que se enfrenta el docente en el salón de clases se originan ahí solamente, sino que son reflejo de un problema social más amplio que repercute en la institución y por supuesto en el aula en el momento de la interacción.

Esta persona que esta frente al grupo por vocación propia, quizás no lo avale un título normalista, un título pedagógico, ni psicológico, pero su entrega en cuerpo y alma le hace sentirse vivo, compenetrado con gente humana; a este personaje le podemos otorgar uno de los títulos más nobles, el título de ser un MAESTRO.

Señala Hernández[3] que por costumbre, cuando se refieren al “Maestro”, sea en un campo docente y pedagógico, se encuentran a grandes maestras, educadoras y pedagogas que han cambiado y mejorado la enseñanza; al hablar de “El Maestro”, incluimos definitivamente a toda persona, sin distingo de género, que dedique su vida a instruir, guiar y mejorar la forma de vivir de las generaciones actuales y las que vendrán. Por otra parte, están aquellos docentes, por designación o por haber obtenido un título, que ejercen la docencia, careciendo de vocación y de amor por su trabajo, y que sólo son maestros por inercia. Esos son maestros con minúscula. Al hablar del Maestro, hay que referirse a la mujer u hombre que poseen y viven con el deseo de dar, de compartir generosamente sus conocimientos, su experiencia y su entusiasmo; nosotros agregaríamos, su paciencia, su arte, pero sobretodo su amor. Estos últimos son Maestros dignamente con mayúscula.

Este personaje es un ser conciente, es un Maestro por vocación, no se conforma con lo que institucionalmente debe cumplir; por lo general da mas de lo que puede hacer y dar. Ha creado un estilo de vida donde es el principal gestor de valores, y esto no es meramente de forma didáctica, sino de la única forma que se pueden realmente trasmitir los valores: viviéndolos, poniendo su propia persona, su propia vida como el mejor ejemplo. Un pasaje bíblico[4], puede ilustrar lo anterior: “La víspera del día solemne de Pascua, sabiendo Jesús que era llegada la hora de su tránsito de este mundo al Padre, como hubiese amado a los suyos que vivían en el mundo, los amó hasta el fin. Y comenzada la cena, como el diablo hubiese ya sugerido en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarle, sabiendo Jesús que el Padre había puesto en sus manos todas las cosas y que había salido de Dios y a él se volvía, se levantó de la mesa, se quito sus vestidos, y tomando una toalla se la ciño. Echó después agua en una jofaina, y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a enjugárselos con la toalla que se había ceñido. Llegó, pues, a Simón Pedro, y le dijo Pedro: Señor, ¿tú lavarme los pies a mí? Respondióle Jesús, diciendo: Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora, lo entenderás después. Díjole Pedro: Jamás me lavarás tu los pies. Le respondió Jesús: Si yo no te lavare, no tendrás parte conmigo. Simón Pedro le dijo: Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza. Y Jesús: el que acaba de lavarse los pies no necesita lavarse más que los pies, estando todo limpio. Y vosotros estáis limpios, pero no todos. Porque sabía quién había de entregarle, y por eso dijo: No estáis todos limpios. Después que les hubo lavado los pies, y tomado sus vestidos, volviéndose a poner a la mesa, les dijo: ¿Entendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis Maestro y Señor, y decís bien, porque de verdad lo soy. Pues si yo, siendo el Maestro y Señor, os he lavado los pies, también vosotros habéis de lavaros los pies unos a otros. Porque ejemplo os he dado, para que conforme yo he hecho con vosotros, asó lo hagáis vosotros también”.

Por lo tanto el ser un verdadero Maestro es estar conciente de la responsabilidad formadora y creadora de una mejor sociedad, de una mejor civilización; este personaje es un ser libre, un ser sin compromisos, sin intereses creados más que el de fomentar la mejor forma de ser, de vivir de actuar, acorde a las necesidades de una sociedad que demanda ser cada vez mas humana.

El verdadero Maestro no escoge un grupo determinado, él se sabe como parte del grupo y por lo tanto está dispuesto a ser Maestro y la vez alumno de sus propios alumnos; está siempre dispuesto al diálogo, está siempre dispuesto a hacer de la razón la mejor herramienta educativa; tomando en cuenta que cada uno tiene su razón.

El Maestro no se queja frente a sus alumno, ni se queja de ellos; por el contrario, les ayuda a crecer y crece al mismo tiempo. No es una obligación entrar el salón de clases, es un placer, es la mejor oportunidad de ser participe de grandes cambios, cambios personales, cambios de vida. Sabe la dificultad de empatar criterios e historias diversas, personalidades tan distintas; pero él no discrimina, por el contrario encuentra el punto convergente, genera el dialogo y la confianza, genera la tolerancia; no hace callar, se sabe escuchar.

El Maestro es una fuente donde emanan los valores; de acuerdo con Hernández[5], un individuo sin valores es un ser inconciente, es algo menos que un robot. El Maestro puede y debe dedicar gran parte de su tiempo a estudiar y a conocer los valores de sus alumnos. Las fábulas, los cuentos, las anécdotas o las parábolas, ilustran mucho los valores universales: encauzar a la juventud por caminos ascendentes es la misión del Maestro.

El Maestro es una persona digna, calidad no ganada fácilmente. Necesita ser íntegro, necesita ser congruente; necesita saberse como un ser no perfecto, persona que siempre le faltará algo por conocer, algo por aprender… pero siempre dispuesto a enseñar...” ¡el Maestro sigue siendo alumno!, continúa aprendiendo para ser cada día mejor, no nada más en lo intelectual o lo académico, sino en lo espiritual y humano”[6]

El ser Maestro es una necesidad social, es una necesidad de vida; es un compromiso con la humanidad, es el último resquicio cuando la familia ha fallado y alguien tiene que servir de modelo valoral; por lo tanto el ser Maestro es no solo poseer esa sapiencia inmensurable, vasto de conocimientos teóricos; es ese ser capaz de hacer práctico lo teórico, de reconocer la importancia de esta titánica labor, de ser el carpintero capaz de pulir y darle forma a esa tosca madera para convertirla en el artefacto mas maravilloso que halla sobre la faz de la tierra, ese artefacto que precisamente es lo que menos es: un artefacto. Es más bien esa pieza tocada por el Maestro y que ahora se reconoce como lo que siempre debe ser: un verdadero SER HUMANO.

Dice Gibrán[7]: “Aquel que desee convertirse en Maestro del hombre debe empezar por enseñarse a sí mismo antes de enseñar a los demás; y debe enseñar primero con el ejemplo antes de que lo haga verbalmente. Pues aquel que enseña a sí mismo y rectifica sus propios procedimientos, merece más respeto y estimación que el que enseña a otros y los corrige a ellos”.







BIBLIOGRAFÍA.

- Apple, M. (1998) “Encarando la complejidad del poder: hacia una posición paralelista en los estudios educacionales críticos”. Miño y Dávila: Bs. As.
- Apple, M. (1997) “Teoría crítica y educación”. Miño y Dávila: Bs. As.
- Berreta, A.; Brandoni, C.; Giulietti, M.; Ponce de León; y, Testa, A. (2008) “Perfil docente”. Internet. malito: mgiulit@frlp.utn.edu.ar.
- Ceban, J. -Recopilador- (1991) “La sabiduría de Gibrán Jalil Gibrán”. Diana: Méx.
- Gómez, A. (2001) “Desarrollo del juicio moral en padres de familia para la formación valoral en sus hijos”. UNAM: Méx.
- Hernández, H. (2005) “El arte de ser maestro”. Edamex: Méx.
- Kohlberg, L. (1981) “Desarrollo y educación moral”. Trillas: Méx.
- Liston, D. y otros. (1993) “Formación del profesorado y condiciones sociales de la escolarización”. Morata: Madrid.
- Manning, E. y otros (2007) “Urge un líder con sentido humano”. Pearson: Méx.
- Nuevo testamento. Evangelio de San Juan: 13, 1-17
- Piaget, J. (1977) “El criterio moral en el niño”. Morata: España.
- Vigotsky, L. (1977) “Pensamiento y lenguaje”. Pléyade: Argentina.
- Wolpin, S. (1988) “La doctrina y la enseñanza zen”. Kier: Bs. As.
[1] Barreta, A., y otros (2008)
[2] idem
[3] Hernández, H. (2005)
[4] San Juan: 13, 1-17
[5] ibidem (2005)
[6] ibidem (2005)
[7] Ceban, J. (1991)

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