jueves, 12 de febrero de 2009

Ying-Yang... en busca del equilibrio




Por Alberto Enrique Gómez Izquierdo



El que conoce a los hombres es sabio;
El que se conoce a sí mismo es un iluminado.
El que vence a los otros es fuerte;
El que se vence a sí mismo es poderoso.
El que se contenta con lo que tiene es rico;
El que obra con determinación tiene voluntad.
El que es capaz de mantener su posición resistirá mucho tiempo;
El que es capaz de mantener su equilibrio vivirá después de su muerte.
- Lao Tsé-



El Yin y el Yang hacen referencia a la dualidad (según la filosofía oriental) a todo lo existente en el universo. Son dos fuerzas opuestas aparentemente, pero en realidad son complementarias, son la vida misma y por lo tanto, la podemos notar dicha fuerza en todo lo que nos rodea: día-noche, hombre-mujer, frio-calor, bondad-maldad… vida-muerte.

Literalmente significan Yin-Yang el “lado oscuro” y “lado iluminado” de una colina. De allí el lado sombreado de algo, en oposición al lado que está en el sol. Menciona Legge[1], que en una obra del siglo IV a. C., se encuentran estos términos usados en sentido filosófico. Yin y Yang son categorías correspondientes a masculino y femenino, débil y fuerte, oscuridad y luz. Muchos estudiosos afirman que se refiere a fuerzas: Yin es la energía vital (chi, el aliento de vida de la Tierra), Yang es el aliento de vida del cielo.

Estos términos, tuvieron su eclosión en el siglo III a. C. con el auge considerable del taoísmo, sobre todo en los tratados de Chuang Tsé y de Lieh Tsé, pero cabe destacar, que la teoría del Yin-Yang, se difundió rápidamente. Se tienen evidencias endebles de su existencia desde el siglo VI a. C.

Esta teoría no es tan fácil entenderla, su estudio es muy divergente; por mucho tiempo se le consideró y se le ha considerado como símbolo de la dualidad. En el siglo III la teoría dualista no era aceptada por algunos grandes pensadores entre los que destacan Confusio y Mencio (junto con Lao Tsé, considerados los tres grandes maestros orientales)

Yin y Yang, son dos facetas de existencia; son interdependientes pero complementarias; y los grandes filósofos no destacan el triunfo de una faceta sobre la otra, más bien ensalzan el logro de la vida humana.

Puede que el concepto Yin-Yang haya nacido en la primitiva china, y por lo tanto este símbolo sea originado como un cuento adivinatorio y no basado en preceptos lógicos; y que después hayan sido utilizados como una herramienta importante cuando la doctrina dejo de serlo simplemente, para darle paso a la religión (sistema metódico)

Lo que sí he cierto, es que por siglos, su significado es más que un mero bueno y malo, día y noche, etc. Ha abarcado todo, y con todo me quiero referir a las cosa que como seres humanos hemos creado e inventado, sean objetivas o subjetivas; reales o no. Es un símbolo que denota equilibrio, valores puestos en práctica, y al fallar, dan origen al mismo tiepo a lo opuesto; los valores se dividen y a su vez se complementan.
Ya lo menciona Lao Tsé[2] “Todo mundo reconoce lo bello como bello, porque sabe que es lo feo; Todo mundo reconoce la bondad como bondad, porque sabe lo que es la maldad…” Por lo tanto, podemos afirmar que el Yin y Yang, se basa en el equilibrio armónico de todo; nada existe sin su ente complementario, si faltasé su opuesto, reinaría el caos, el equilibrio acabaría. Quiénes mejores que nosotros que vivimos estos tiempos, sabremos de ello.

Por lo tanto hay que recuperar el equilibrio, volver a lo esencial, a lo verdaderamente humano. Un equilibrio trae consigo bienestar y salud en todos los sentidos: sea a nivel personal sea a nivel sociedad. Es necesario equilibrar estas dos fuerzas, no hay que dejar de lado, que mientras por un lado es Yin, en sentido encontrado es Yang… una vez tú, otra vez yo… que si en mi alma se ha inclinado la maldad, es porque en un tiempo estaba cargado de bondad, simplemente hay que recuperarla y no dejar que se polarice. Por el contario, hay que aprender a vivir en eterna comunión con la naturaleza, mi propia naturaleza… mi propio y “correcto” equilibrio.
[1] El Hsi Tz´ú, apéndice 3 del “Libro de los cambios” de Legge.
[2] Tao Té Ching de Lao Tsé Cap. 2

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